lunes, 21 de diciembre de 2009

Peninsula Valdes

Fotografiando pingüinos

Península Valdés es una reserva faunística situada en la Patagonia. Llama la atención nada más aterrizar en el aeropuerto de Trelew los carteles que hacen referencia a los tesoros naturales que esta zona de Argentina atesora.

Estamos inmersos en la estepa patagónica. La vista se pierde en el horizonte y no es posible contemplar más que estepa, ecosistema caracterizado por la predominancia de arbustos.

La entrada a la reserva faunística se realiza por Puerto Pirámides, único núcleo habitado de la reserva. De camino a este pintoresco pueblo pasamos por el Istmo de Ameghino que es el “brazo” que une la Península con el continente sudamericano, a ambos lados tenemos, al norte el Golfo de San José y al sur el Golfo Nuevo.

El Golfo de San José y el Golfo Nuevo tienen las mareas cambiadas, cuando el Golfo de San José está con la marea baja, el Golfo Nuevo con la marea alta, por otro lado la temperatura de las aguas es diferentes en el Golfo Nuevo es más fría y en el Golfo de San José más caliente como consecuencia de las corrientes que les afectan lo que condiciona la fauna que se puede encontrar en cada uno. En su momento se estudió la unión a través del Istmo de estos dos Golfos para generar electricidad, afortunadamente tal proyecto fue desechado por lo impactante del mismo.

Nosotros hicimos el avistamiento de ballenas en el Golfo Nuevo. La llegada de las ballenas supone un acontecimiento de gran importancia en la zona. Tuvimos la suerte de verlas, contemplar como sacaban la cola, la cabeza, como respiraban o como un animal pasaba por debajo de la embarcación en la que íbamos a realizar el avistaje, solo nos faltó que saltara, pero a pesar de ello podemos decir que es una experiencia fantástica. Contribuyó a ello, como no, el guía que nos acompañó en la visita, un científico que lleva más de ocho años estudiando e identificando las ballenas por sus callosidades y que se notaba que su trabajo le encantaba.

Ballena Franca Austral

Pudimos comprobar como las gaviotas atacaban a las ballenas picándoles en la piel debido a la grasa que se acumula en la misma. Al parecer estos casos de agresiones a las ballenas van en aumento como consecuencia del incremento de la población de gaviotas, que a su vez es causada por el vertiginoso crecimiento de la cantidad de basura acumulada en los vertederos. Con este ejemplo queda patente la capacidad del ser humano de influir en el funcionamiento de un ecosistema de la manera más insospechada. Lo problemático de esto es que esta presión hacia las ballenas puede influir en que ellas elijan otros lugares como zonas de reproducción y dejen de venir a esta zona.


Elefantes Marinos

Península Valdés tendrá aproximadamente una distancia de unos 120 km entre los puntos más alejados, en su interior los desplazamientos se realizan por caminos (sin asfaltar) para de esta manera producir el menor impacto posible. En el desplazamiento es posible ver Maras (liebres patagónicas), Choiques, Guanacos y ovejas patagónicas.


Choique

En la zona existen estancias que son explotaciones ganaderas dedicadas a la crianza de ovejas y actualmente también al turismo. Estas explotaciones son muy extensas y tienen una oveja por cada cuatro hectáreas para asegurarse que hayan pastos suficientes para las mismas. Esta crianza de las ovejas de la manera más natural hace que la carne de cordero patagónico sea muy apreciada, os puedo asegurar que es así.

Pingüino de Magallanes

Otra fauna que se puede observar en la Península son los Leones Marinos, Elefantes Marinos y como no los Pingüinos de Magallanes. Nosotros vimos los pingüinos en la estancia de San Lorenzo, resulta curioso verlos tomar el sol, como se desplazan con su típico paso y lo más sorprendente de todo como ignoran al ser humano.

Pingüino de Magallanes


sábado, 5 de diciembre de 2009

Cataratas de Iguazú



Tras el viaje a Argentina que hemos llevado a cabo mi mujer y yo, pretendo comenzar con este artículo, la publicación de dos artículos más en los que cuente brevemente la experiencia vivida en este viaje que para nosotros ha sido un sueño hecho realidad. El texto, como no, lo acompañaré con las fotografías tomadas que espero que estén a la altura de la belleza de los paisajes fotografiados.




Las cataratas de Iguazú están situadas en el norte de Argentina, en la zona limítrofe entre Argentina, Paraguay y Brasil. El clima de esta zona es subtropical por lo que predomina la selva. Nada más llegar se hace patente la elevada humedad de alrededor del 90% lo que unido a una temperatura de 27ºC hacen que la sensación térmica sea elevada y bochornosa.




Nosotros tuvimos mucha suerte con la climatología, pues excepto la mañana en que llegamos que nos llovió, el tiempo fue en general soleado con tendencia a nublarse al atardecer. Según nos comentaron en la zona unas semanas antes el Parque había estado cerrado consecuencia de las elevadas precipitaciones registradas lo cual supuso un aumento importante del río a su paso por las cataratas. Tal extremo lo pudimos comprobar en las visitas, en el agua se podía comprobar la elevada cantidad de sedimentos en suspensión, además llamaba la atención el elevado caudal circulante, en condiciones normales por las cataratas circulan unos 1.700 m3/seg, mientras que en aquellos momentos este caudal era superado. Para tener una idea de este elevado caudal pensemos que en condiciones normales con él se podría llenar un estadio de fútbol como el Santiago Bernabeu en menos de 10 minutos.

Escuchar, ver, sentir este elevado volumen de agua despeñarse en un conjunto de saltos que supera los 3 km de longitud y los 80 metros de altura es una sensación que no se puede explicar, en fin una verdadera maravilla de la naturaleza que espero que mis fotos contribuyan a plasmar.



Además del clima, la hermosa selva subtropical, las cataratas, también llamaba la atención lo rojizo que era el terreno en la zona. Casas, carreteras, vehículos, etc, todo estaba impregnado de un color rojizo consecuencia de la elevada cantidad de hierro del terreno volcánico que al ser sometido a frecuentes e importantes lluvias ocasiona que este se vaya concentrando en superficie.




Contemplar la selva subtropical era una sensación indescriptible y emocionante, un bosque totalmente cerrado en el que se podía intuir los diferentes estratos de vegetación cada uno ocupado por las plantas idóneas para ese nicho ecológico, toda la vegetación apiñada con una única finalidad luchar por los rayos de sol. Me llamó la atención la multitud de plantas epífitas de la zona, las plantas epífitas son aquellas que nacen encima de otra planta utilizando a esta como soporte, es decir ni se perjudican, ni benefician a la planta soporte únicamente crecen sobre ella, esto solo es posible por las elevadas precipitaciones y temperaturas que permiten una velocidad de descomposición muy elevada de la materia orgánica y por tanto que puedan tener además de agua todos los nutrientes que necesitan a esa altura sobre el suelo de la selva. Llegado a este punto me permito hacer una puntualización, el suelo de la selva es un suelo muy delgado y frágil al contrario de lo que parece. Las elevadas temperaturas y las abundantes lluvias hacen que la materia orgánica se descomponga muy pronto en superficie y esta sea utilizada por las plantas rápidamente, los nutrientes que no son utilizados por las plantas, debido a las importantes lluvias, rápidamente se infiltran por el suelo. Esta es la causa de que una selva destruida sea muy difícil de recuperar pues la propia vegetación es la que se “retroalimenta” a ella misma y por tanto el suelo tiene prácticamente una mera función de soporte.




Respecto a la fauna no pudimos ver gran cosa, salvo los Coaties y una especie de Tucán, el Túcan de pico verde, además de la abundante Lagartija Misionera que incluso me paso por encima del pié o el lento Lagarto Overo. Nos faltó el puma pero todo no se puede tener.





En fin una experiencia que jamás olvidaremos.

Salinas-Pansas-Carche 2009

Por fin se aproxima esta nueva edición de la travesía Salinas-Pansas-Carche que organiza el grupo Hinneni de Jumilla, como ya sabreís se celebrará el fin de semana del 12-13 de diciembre. Se sube a la Sierra de Salinas con 1.238 m de altitud, las Sierra de las Pansas con 1.036 metros de altitud y se termina en la Sierra del Carche con 1.371 metros de altitud. Aproximadamente son unas 8 horas y media de caminata para recorrer unos 34 km en los que se desnivelan unos 1.850 metros de desnivel positivo, o sea, ¡una gozada!.

La hora de salida será a las 7:00 h en la churrería del mercado de abastos de Jumilla. Desde aquí saldremos hacia el aula de naturaleza de la Sierra de Salinas por ello es importante que los participantes tengamos previsto quien nos llevará, si hay alguien no tiene vehículo que se ponga en contacto conmigo y se verá si en algún coche hay plazas disponibles.

El sabado 12 dormineros en el refugio de la Umbría de la Rosa (quien quiera, quien no quiera tiene que prever como se bajará a Jumilla), por ello el viernes 11 por la tarde subiré a dejar mochilas, sacos de dormir, comida y demás, quien me quiera dejar algo para subir al refugio que se ponga en contacto conmigo, lo suyo sería que el jueves por la tarde-noche me llevara los bultos que quiere que le suba.

Para ir haciendonos una idea os dejo la siguiente fotografía que tome el año pasado. Esta hecha desde la parte superior de la Sierra de Salinas o sea la primera sierra donde se sube, la sierra de enmedio es la Sierra de las Pansas y la que se ve al fondo el último objetivo la Sierra del Carche.