lunes, 18 de abril de 2011

XVI Santana-Sopalmo-Carche

Todo empezó hace dieciséis años, en septiembre del año 1996, un grupo de amigos, (de izquierda a derecha), Mariano, Alberto (abajo), Juan (arriba), yo mismo y José Javier, animados por este último, nos dispusimos a hacer la ruta Santa Ana – Sopalmo – Carche.

I Santana-Sopalmo-Carche (Sep-96)

Entonces eran otros tiempos, a pesar de nuestra corta edad y debido a que no disponíamos de vehículo, realizábamos la ruta cargados de todos los menesteres necesarios (comida, agua y ropa) para pasar cuatro días en la sierra del Carche, los 18 kilos de mochila no nos los quitaba nadie, consecuentemente, tardábamos algo de más tiempo del que tardamos ahora y no lo tomábamos con más tranquilidad. Solo pensar que tengo que hacer la ruta así ahora me hace temblar las piernas.

La ruta nos gustó tanto que entre todos decidimos que esa ruta la repetiríamos todos los años e intentaríamos estar todos los amigos en ella, independientemente de circunstancias personales que no fueran de fuerza mayor. De esta manera podríamos comprobar que la afición que en su momento nos unió, el amor por la montaña, seguía ahí vivo entre nosotros.

Solo faltaba poner una fecha, si no hay una fecha fija al final siempre a alguien le viene mal y esto puede ser una fuente de problemas, así que se decidió el sábado después del viernes de dolores.

Después de estos dieciséis años el balance es satisfactorio, la ruta ha ido a más, se han apuntado más compañeros de fatigas y aquellos que nos prometimos no fallar hemos cumplido salvo que se hayan dado causas de fuerza mayor.

Como en los últimos quince años el pasado 16 de abril de 2011 nos dimos cita a las 07:00 horas en el pabellón municipal de deportes de Jumilla y puntualmente salimos dirección a nuestro primer objetivo, la sierra de Santa Ana.

Salida a las 07:00 h del pabellón, a las 06:00 hsalió otro grupo por delante.

Tuvimos mucha suerte, después de los días de calor que hemos sufrido en las últimas semanas, la temperatura bajó bastante y se mantuvo prácticamente todo el día medio nublado por lo que el sol no nos llegó a castigar mucho.

Subiendo a Santa Ana.

Como siempre, en la fuente de la Jarra nos dispusimos a beber agua y tomar alguna barrita para a continuación tomar camino del collado perdido por la senda de puerta de Pepú. La vegetación estaba en todo su esplendor, las jaras (estepa blanca) lucían sus bonitas flores rosadas, los jaguarzos sus flores blancas,…. se notaba que la primavera se había adelantado.

Fuente de la Jarra.

Muestra de lo adelantada de la primavera fueron los problemas alérgicos que sufrimos algunos de los participantes en esta actividad, problema éste que llevamos como pudimos, nos podían más las ganas de disfrutar de la ruta, la naturaleza y los amigos que los problemas que íbamos acarreando.

Una vez pasado el rincón de Santa Ana, nos dispusimos a afrontar la subida a la Sierra de Sopalmo, bonita y boscosa sierra, sobretodo en su umbría. La subida a esta sierra en su inicio es suave, se discurre por una senda a media ladera hasta que una vez que se da vista a la cumbre hay que afrontar una dura subida que nos pone a prueba todos los años y nos ayuda a abrir el estómago para el almuerzo que nos tomamos en su cumbre.

Llegando a la cumbre de Sopalmo.

Una vez que almorzamos nos dispusimos a bajar a las casas del puerto por un descenso suave y bonito pero largo. Una vez en las casas del puerto repusimos energías, llenamos agua, alguna que otra botella de vino cortesía de los hermanos Poveda y despedimos a alguno de los compañeros que hicieron la ruta hasta este punto.

Descenso de Sopalmo.

Una vez repuestas las energías partimos hasta el salero de El Carche, este tramo es todo por carretera por lo que se hace un poco monótono. Cuando el sol aprieta y el asfalto se calienta el pie se resiente bastante pero por suerte este año no tuvimos ese problema. En cuanto a lo monótono de este tramo, en los últimos años viene siendo normal que esto no sea así pues ya va siendo típico que haya algún “pique” que otro por coronar primero el puerto de montaña de “El Salero”.

En el salero del Carche, como todos los años nos refrescarnos gracias a las máquinas de refrescos que hay en este punto. Sobretodo en los años de calor este punto es clave para cargar las baterías de cara a afrontar el último tramo antes de la comida ya en plena sierra de “El Carche”.

Ya en la sierra del Carche y una vez que comimos nos dispusimos a ascender a su cumbre, La Madama de 1.371 metros, otro año más, y ya van dieciséis llegamos a la cumbre de esta querida sierra, para todos nosotros. Las nubes rozaban la cumbre, parecía que íbamos a tener cumbre encapotada pero al final no fue así, La Madama nos recibió con viento y frío, recibimiento que puede parecer frío, pero no es otra cosa que todo lo contrario, es el recibimiento más cálido que esta sierra puede deparar a estos esforzados andarines.

Una vez en la cumbre y hechas las fotos de rigor, unos se dispusieron a descender al punto en el que les recogerían los vehículos y otros tantos nos dirigimos a el refugio de la umbría de la Rosa a disfrutar de una bonita noche en las entrañas de esta sierra.

Foto Madama 01. (1.371 m.)Foto Madama 02. (1.371 m)

Características técnicas de la ruta:
- Distancia: 34 kilómetros.
- Tiempo activo: Alrededor de 8 horas y 15 minutos.
- Desnivel de subida: 1.630 metros.




Santana - Sopalmo - Carche
Track en wikiloc



lunes, 11 de abril de 2011

El aladierno.

El aladierno (Rhamnus alaternus) es un arbusto que podemos encontrar normalmente en las umbrías de las sierras jumillanas. Se caracteriza por su porte de pequeño arbolito y sus pequeñas flores que nacen de las axilas de las hojas y que disponen de cinco sépalos estrellados y carecen de pétalos.

En esta foto os muestro una imagen parcial de este arbusto que en este caso presenta un porte elegante con ramas largas y rectas aunque también puede presentar formas más retorcidas. Para su realización he puesto un fondo artificial que hiciera destacar el ejemplar fotografiado, asimismo he utilizado el flash para compensar las sombras que producía la dura luz del sol, de hecho, la foto fue realizada cerca del mediodía.


Las siguientes dos fotografías son similares, en ellas aparece la hoja junto a la flor masculina que nace de la axila de la misma. En este caso también utilicé el flash para compensar duras sombras aunque no utilicé ningún fondo artificial. Realicé las dos fotografías que os muestro modificando ligeramente la composición de la toma, a mi personalmente me gusta más la fotografía en la que aparece la hoja completa. ¿Y a vosotros cual os gusta más?


Aunque esta especie, como decía al principio, la podemos encontrar en las sierras jumillanas, el ejemplar fotografiado es un ejemplar de jardín, de hecho es una especie que se puede utilizar como ornamental por su belleza y facilidad para formar setos.

Las ventajas de la utilización de flora ornamental frente a otros tipos de plantas son numerosas, entre ellas podríamos citar las siguientes: bajo consumo de agua, menores cuidados al estar ya adaptadas al clima y al suelo en el que son plantadas, mayor resistencia a las inclemencias meteorológicas, a las enfermedades, etc. Además, de esta manera, evitamos la utilización de otras especies que podrían comportarse en la naturaleza como invasoras desplazando las especies autóctonas de las que disponemos.

Hasta la próxima entrada.

martes, 5 de abril de 2011

El durillo y la luna.

El pasado mes de enero hice una entrada en el blog denominada “El Durillo” en la que os presentaba unas fotografías de esta especie tomadas en un momento todavía previo a su floración. Como lo prometido es deuda, aquí os traigo otra fotografía del Durillo (Viburnum tinus), pero esta vez en floración.


Esta fotografía la tomé el pasado 19 de marzo de 2011, me costó decidirme por esta toma, no terminaba de ver la foto que quería, diferentes ideas me venían a la cabeza pero ninguna me convencía, hasta que al final este fue el resultado.

Durante este día, mejor dicho en la noche de este día, dio la casualidad de que la luna se iba a encontrar en su perigeo, el punto de su órbita más cercano a la tierra, por lo que era el momento idóneo para intentar captarla al mayor tamaño posible con mi teleobjetivo de 300 mm.

Se trataba de hacer una composición del durillo y la gran luna que disfrutábamos esa noche, para ello me dispuse a realizar una fotografía con doble exposición. Esta es una opción que tenían prácticamente todas las cámaras de película y que mi nueva Nikon d-7000 también lleva incorporada. Se trata de hacer una fotografía y seguidamente hacer otra teniendo finalmente un único RAW resultado de sumar las dos tomas. Es decir, es una fotografía que no ha sido sometida a ningún retoque en programas como photoshop o similares, solo ha sido sometida a los típicos ajustes de luminosidad, contraste y saturación.

En primer lugar, procedí a realizar la fotografía de la luna con el 70-300 mm a su máxima focal, teniendo la precaución de posicionarla en la parte superior derecha de la fotografía, seguidamente cambié el objetivo al 50 mm fijo y me dispuse a encuadrar la toma de manera que el durillo quedara en la parte inferior izquierda.

La fotografía del durillo la realicé aportando luz lateral con un flash. El motivo de aportar luz lateral con el flash fue intentar dar coherencia a la luz que en teoría debería recibir el arbusto, vista la posición de la luna. Por otro lado, con esta luz lateral también conseguiría crear en el lado exterior del arbusto una sombra que serviría para delimitar la fotografía e introducir la vista del observador al interior de la toma.

Espero que os guste.
Un saludo.